7/9/08

Mi saxofón...

Era ya tarde, de madrugada cuando llegue a la lobby del hotel, unas personas me esperaban y en verdad estaba cansado, el show había sido agotador, solo les pedí, que fueran breves y así respondí aciertas preguntas, me despedí y subí a la habitación, entre, mire todos los rincones, y me desnude, respire profundamente y me metí a la tina del baño, el agua estaba tibia, los aromas agradable, cerré mis ojos, y creo que hasta me dormí por unos instantes, salí de la tina, tome una toalla, cubrí mi cuerpo, y me dirigí hacia una mesita, ahí me senté, tome una charola con alimentos, y los medio probé, después mi mirada se dirigió hacia la cama vacía, me senté y mire a mi alrededor, mientras pensaba, esta vez, no vino, no está aquí conmigo, y de pronto te mire en un rincón de aquella habitación, ahí te encontrabas, sentí una enorme alegría que me hizo saltar, de un brinco llegue hasta dónde estabas, te tome por tu cuerpo y te levante, tu boca busco mi boca, y mis manos tu cuerpo, estabas fría, pero era por el clima de la habitación, tenia tanto tiempo deseándote, que por fin te tenia, el sentirte me hizo fantasear, pues mis dedos juguetones, comenzaron a jugar con cada uno de tus huesos largos y encorvados que nacen del espinazo y vienen hacia tu pecho, eras única, pues mis dedos al fin descubrían aquella parte de ti, que está situada entre los músculos del abdomen, tiene su extremo libre sin alcanzar al cartílago que une las falsas al esternón, el encontrarte me hizo comprender de que estaba dispuesto a darte todo de mí, el cuerpo, mi sexo, mi placer, sentirte mía con tu mirada, tenerte prisionera en esta lejanía, sumergiéndote en mí, tu cuerpo era balanceado, por mis manos, tu reacción fue de emitir algunos sonidos que no esperaba, pero que fueron convirtiéndose en notas musicales, mientras tu boca y mi boca, se disfrutaban, eras única, esa suavidad de tu boca, me hacía, jugar más a mis dedos, que se perdían en cada una de tus costillas, de vez en vez, mis manos recorrían toda la geografía de tu cuerpo, esas curvas, nunca se las había visto a nadie, y tu tenias la perfección, esos sonidos nos fueron trasladando, hasta llegar a bailar juntos, en esa habitación, comprendía de que la introducción de mis dedos en esa zona, era de tu agrado, pues cada movimiento de mis dedos, tu emitías aquella melodía que juntos bailábamos, así pasaron dos o tres horas, y no quería desprender tu boca de mi boca, pero sonó el teléfono y escuche una voz femenina, que me decía: “señor, por favor puede guardar silencio, los demás huéspedes, se han quejado, sea amable y deje dormir a los demás”, que ilusos, pobres huéspedes, acaso no sabían que por fin tu y yo estábamos solos, sin público, sin nadie, y se les ocurría molestarme, así que suavemente fui retirando mis labios de tu labios, y caballerosamente te volví a colocar en ese rincón, ahí te quedaste en silencio, sin emitir ningún sonido, pero podía ver tu satisfacción, porque habías logrado que yo mefijara en ti, que yo jugara mis dedos en tu cuerpo, recorriendo con mis manos cada curva de tu geografía de escultural cuerpo, gracias mi saxofón, mi instrumento de músico de viento, de metal, con boquilla de madera y con caña: con varias llaves y que esta noche, me hiciste feliz en esta habitación…