22/10/08

Morir de nuevo...

Tratare de morir de nuevo, tal vez sea la última vez que tenga un motivo para escribir, tal vez aquí muera mi inspiración, por que se que aunque mi sangre hierva en deseos por abandonar el dolor con palabras, ya no lo haré, si no estás ya no habrá alguien que las lea, ya no valdrá la pena, aunque desesperadamente vendo mi muerte para borrar mi perra inseguridad, vendo mi inspiración, vendo la fe, vendo a mi Dios, vendo el talento, vendo mis heridas, vendo cada suspiro entrecortado y me destrozo la garganta para gritar y sangrar en el propio llanto, la realidad es que habíamos terminado de trabajar y llegamos al hotel, todos se quedaron en el restaurante, para cenar, pero yo casi no he tenido hambre, quizás el exceso o tal vez, la melancolía, me quitan el hambre, y pues me senté en la orilla de la cama vacía, mire hacia el suelo y vi una hormiga, le pedí que me condujera a tu escondite, y sonrió, mirándome con sus ojos brillosos, sin responderme se alejo, así, me quede pensativo, que ni una hormiga, me hiciera caso o que tan solo me dijera dónde está tu escondite, de pronto me dieron ganas de ir al baño y guaooo!!, que sorpresota, una tremenda cucaracha voladora me sorprendió, quise hablarle, pero se esfumo como si fuera algo mágico, así que decidí que me abordara la primera pulga que pasara y con mi lentitud de escarabajo viejo no llego a ninguna parte; pues así solitario a la cama vacía, me metí entre sabanas, almohadas, apague la luz, toda la energía eléctrica, se esfumo, todo quedo a oscuras, era mejor dormir a oscuras, para que la soledad pasara más de prisa y no sentirla por tu ausencia, pero luego se encendieron las luciérnagas y los grillos no paraban de gritar ya después de darme mil giros en la cama vacía, no podía dormir, pues me di cuenta de que no estabas, que tan solo la soledad, estaría conmigo otra vez, en este amanecer, se que tal vez, estaría pensando las muchas veces que tu cuerpo con mis manos, recorrí, cuantos besos deje caer, sin que los sintieras en un amanecer, tantas veces, recorrí, tantas veces tu cara con tus labios y tantas horas, estuvimos tantas horas confundidos y abrazados, que al llegar el día, ni cuenta me di, y cuando despertaba, me cobijaba, pues toda la noche oliendo a ti, mordiendo la almohada, oliendo a ti sintiendo mi boca recorrer tu cuerpo oliendo a ti, y sin quererlo, ni sentirlo, pero dándome vueltas me dormí y entre mis sueños te encontré, me mirabas y tu mirada se perdía, porque tantas veces, pase tantas veces, mis labios por tu cuello, tantas veces, descanse tantas veces, recostándote en mi cuerpo y mis dedos perdiéndose al sur de tu ombligo, pero tantas horas, nos pasaron tantas horas de besarnos sin aliento que al llegar a tu ombligo me pasé toda la noche oliendo a ti, he dejado huella de mi existencia cuando mis susurros logran provocar en la cama vacía, la parición de tu figura y es que eres el firmamento que palpita ante mis plegarías arrojadas al viento y así, oliendo a ti, me desperté, como puedo morir de nuevo si huelo a ti!!

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