Ayer pasado mañana digo quizás para no decir ni si, ni no...

Ayer pasado mañana digo quizás para no decir ni si, ni no, ni fuego ni bandera, ni te mato ni me muero ni siquiera, tal vez el siglo que viene te cantaré la canción que nunca termine ni llueve ni ternura ni te debo ni me debes ni me curas, lejos de ti las pesadillas se parecen a los sueños los que perdí ayer pasado mañana, pero la cabeza abajo me encontré en el escenario, pedido en tu silencio, mas yo te busco en el aire, y solo tu nombre lo trae el viento, ese nombre prohibido de pronunciar, porque lo prohibiste tu y solo tu, pero yo te veo en el reflejo, de una lágrima que asoma por mi nariz, camino inerte, moviéndome en el escenario y veo entre la gente, tu rostro que persigue mi pena y el fin, pero como olvidarte, que secreto esconde mi pena y será, que al final, tu corazón, pudiese sanarme las heridas, esas heridas que dejaste al no recibir mis besos entre tus piernas, al no dejar caminar hacia el sur de tu ombligo, pero me abriré y podrás, beber de mí, me dijo una botella de tequila, y sin pensarlo dos veces, su boca beso mi boca, y dejo caer en mi garganta ese liquido que ataranta, pero sabrás que éste es mi destino, y mientras tomaba trago sobre trago, mi cabeza abajo del escenario me encontré y hoy escuche tu voz una vez más y aún siento que me estalla el corazón, porque no era cierto, tan solo era un recuerdo aquél “Desierto!”; y cantando, bailando o actuando me duermo pensado en ti y a veces me despierto, mirando a la gante pensado que ahí estas tu, y es tu sombra es un espectro en mi pared y siento que te siento, perdido en el sonido llegare, la banda disimula los tonos he perdido, por buscarte ahí, y al fin, algo pálido y frío, me sostengo sólo con tu amor, piensan que son efectos del tequila, pero yo sé que es tu amor y será, que al final, mi corazón, pudiese sanarte las heridas, con esta botella de tequila, que se me abre para olvidarte y no pensar más en ti, y podré, beber de ti, me dice la botella, según se saborea, y disfruto de ti, pero yo solo sabré que ése es tu destino, que vino acabar conmigo, con esta botella de tequila, para decir adiós…pero tal vez será ayer pasado mañana digo quizás para no decir ni si, ni no, ni fuego ni bandera, ni te mato ni me muero ni siquiera, tal vez el siglo que viene te cantaré la canción que nunca termine ni llueve ni ternura ni te debo ni me debes ni me curas, lejos de ti las pesadillas se parecen a los sueños los que perdí ayer pasado mañana…