Había entrado a la casa, cuando mi perro “amor” saltaba de alegría, yo pensé que cariñoso es mi perro, pero cuál es mi sorpresa que comenzó a gritarme: “fui a mi primera cita!!, fui a mi primera cita!!”, sorprendido por tanta algarabía deje que me platicara todo y esto fue lo que me dijo: “Es
toy
f
eliz
de
ha
berla conoci
do, temí
que
no
ll
ega
ra
a
la
cita, se veía tan
dif
erente, sin la correa que la detuviera,
pero
tan
herm
osa y
ti
erna
como s
iem
pre; cuando la tuve cerca la dije: ¡Q
ué ag
ra
da
ble
eres!, tu
s
encill
ez
y
la
bondad
con
la
que
ha
blas me
ti
enen
conm
ovi
do, nunca
creí
que
nos
herm
ana
ran
las mismas
des
venturas, g
ra
cias
por
revela
rme
cosas
tan
pri
va
das
de
tu
vi
da, g
ra
cias
por
a
brir
tu
coraz
ón
a
mis
des
di
chas” guaoo!!, pensaba para mis adentros mi perro “amor” si es inteligente si sabe conquistar, y yo que siempre he deseado ser conquistado, no vaya ser la de malas y este perro tonto me conquiste, por lo pronto ya digo: guaooo!!, continuo mi perro “amor” con su relato; s
us
fa
cci
ones
tan
s
ua
ves
y
tranquilas
me
ha
bían
hec
ho
pensar
que
todo
en
su
vi
da
es a
rm
onía, pero quien
¡i
ba
a
im
agi
nar
su
pecho
desga
rra
do
y
sus
penurias!”, eso me conmovió y le señale: “mas
no
hay
mal
que
dure
eternam
ente, tengo la
certeza
de
que tu
vi
da
tendrá
un
cam
bio
fa
vora
bl
e, en
tus
vi
rtudes
puedo
a
di
vina
rl
o, me
reg
ocijó
oí
rte
ha
blar
del
am
or
tan
a
nima
dam
ente,
sin
cohi
bi
ci
ones, sin
prej
ui
ci
os,
con li
bertad y
convic
ci
ón
rotunda, pa
recía
que
mi
pens
ami
ento
rondaba
por
tu
boca,
¡Q
ué
com
uni
ón
tan
ex
quisi
ta!”,
sin reparar en mis palabras continuaba emocionado platicándome lo acontecido en su cita: “en
bus
ca
del
am
or
s
om
os a
uda
ces, lo
di
ces
tú y
yo lo
ra
tif
ico,
el ma
trim
onio
nos
entrega
del
am
or
s
ólo
mig
aja
s, ha
de
encontrase
en
otros ma
na
ntial
es,
y
ol
vi
da
ndo
prej
uici
os
nos
toca
rá
busca
rl
o y mira que ll
eg
ué al
encuentro a
yer
como
un
des
conoci
do;
cuando
tomé
su
ma
no
al
parti
r,
no
me
s
entía
un
ex
tra
ño;
cua
ndo s
us
la
bi
os,
como
en
una
pos
da
ta
de
la
des
pedi
da,
vol
vi
eron
pa
ra
es
tam
par
en
mi
m
ejilla
un
bes
o,
tuve
la
s
ensaci
ón
de
que
no
era
la
prim
era
vez
que
te
tenía
tan
cerca, si
ento
que
de
si
em
pre
la conoz
co, sé
que
el
nuevo
día
me
da
rá
el
pla
cer
de
salir con ella
nuevamente, y al despedirme le dije: dime la hora, y paso a recogerte”, mi sorpresa era cada vez, mayor, pues no solo había sido su primera cita, sino que le pedía pasar a recogerla, eso era demasiado para mi, pues como era posible que desde la primera cita, le pidiera recogerla, acaso ya la había cogido?...bueno eso fue lo que yo entendí...pero mire hacia la barda del patio y ahí estaba ella, esperando su próxima cita…
No hay comentarios:
Publicar un comentario