Está bien, vas con otro, con uno de tus pretendientes y me apeno y sonrío, mas no es burla, pues recuerdo las noches que temblaste en mi mano, como tiembla en la hoja la humedad del rocío, o el fulgor de la estrella que desciende al pantano, podrás negar todo, pero jamás negaras lo que sentiste conmigo, aquellas madrugadas donde me aferraba a tu vientre y con mis labios me resbalaba buscando el sur de tu ombligo, cuantos besos deje caer entre tus piernas y yo, hasta llegue a pesar que alguno había caído al suelo, y este se hubiera estremecido, pero no fue así, aunque el suelo los esperaba ansioso…Te perdono, y es poco…Te perdono, y es todo, yo que amaba tus formas, la geografía de tu cuerpo, más amaba tu amor, y empezó siendo rosa lo que luego fue lodo, a pesar del perfume y a pesar del color…Hoy prefiero mil veces sonreír aunque pierda, mientras pierda tan solo el derecho a tu abrazo, y no ser el que olvida, mientras él quien recuerda, y tú bajes el rostro y él lo vuelva si paso…Quien te lleva no sabe que pasó mi tormento, y me apena su modo de aferrarse a lo vano, él se aferra a la rosa, pero olvida que el viento, todavía dirige su perfume a mi mano…Y por ser quien conozco tus angustias y anhelos, te perdono si pasas y si no me saludas, pues prefiero el orgullo de perderte con celos, a la angustia que él siente de tenerte con dudas…Y mañana quien sabe, no sabré si fue rubia, si canela, o si blanca la humedad de esta pena, y quizás te recuerde si me adentro en la lluvia, o tal vez me dé risa si acaricio la arena…
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