De regreso a la casa de la amada Muñeco Roto llamó a su puerta y una voz desde dentro preguntó: ¿Quién es?...Muñeco Roto responde: Soy yo…Pero la voz replicó: Esta casa es demasiado pequeña, no hay sitio para dos…Y la puerta permaneció cerrada…Entonces Muñeco Roto llamó de nuevo: Mira querida, soy yo, ábreme…Estoy aquí…Pero la puerta no se abrió…Y aquella voz femenina señalo: «Anoche tuve un sueño raro, en el aparecías tu, porque?...sigues apareciendo…no tienes derecho a hacerlo, me sorprende el soñarte pues ni siquiera te conozco, pero ahora fue diferente ahora fue legible...entre estaban en pleno evento...entre al salón…existía una pista…tu estabas al frente con el resto, pase por el centro, tu actuabas, el resto me miro y te miraban de reojo para saber que hacías pues aun no te dabas cuenta que yo ahí me encontraba, pase por el frente, me miraste de pronto callaste, el resto continuaba yo seguí mi ruta pues no te mire…seguí de paso y tu solo mirabas no supiste que hacer, salí del salón…la música continuaba y al mismo tiempo el silencio me acompañaba...ni en sueños eres capaz de hablar conmigo...»…Entonces Muñeco Roto se retiró a su trabajo cotidiano, porque jamás le han gustado las discusiones, mucho menos las peleas, reflexionó y rezó por largo tiempo, en soledad…Pasado un tiempo, regresó y llamó, todavía una vez más, a la puerta de su amada…Desde dentro la voz preguntó: ¿Quién es?...Muñeco Roto respondió: Soy tú, porque tú y yo somos una misma realidad…te amo!!...Entonces la puerta se abrió para dejarlo entrar…Cuando existe el amor sincero las puertas se abren sin importar absolutamente nada, hay entrega, y es difícil volverlo a encontrar, vivirás otros amores, pero como el nuestro jamás…
No hay comentarios:
Publicar un comentario