Son las tres y media de la madrugada…amanece y deseo mirar el amanecer a la orilla del mar, camino por la orilla, el mar juega con mis pies, coquetea, la espuma se escurre de manera coqueta huyendo de mis pies, siento que será un día un poco extraño, una sensación de vacío se apodera de mí…Siento mucho frio, miro a mi alrededor y no se mira ninguna otra persona…No entiendo lo que está pasando, no sé cuál es el motivo de de que no haya nadie, si el amanecer es lo mejor del mar…Me invade la tristeza al saber que no estás a mi lado para consolarme, para darme un beso y subirme el ánimo, para restablecer mi autoestima, si supieras la agonía que siento al despertar y ver que ya no estás a mi lado, que ni siquiera me escribes, que para ti, tal vez solo fui “un Muñeco Roto” es un dolor que al parecer nunca tendrá fin, pero aún así intento sólo recordar los buenos momentos compartidos y seguir mi vida, ya que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista…Que mal se siente uno cuando te enamoras de alguien y no eres correspondido…¿Quién me hizo así para sufrir?...¿No quería Dios igualdad para todos?...Que está sucediendo en la vida de Muñeco Roto, no puedo descifrarlo, tal vez sea este amanecer rodeado de la arena y el mar…Siento enormes deseos de poder platicar con “alguien”, y ahora todo a mi alrededor esta vacio…camino unos metros más…Y aparece una figura femenina, su proximidad me pone nervioso, en mi estomago siento los nervios acumulados, no quiero levantar mi mirada, no quiero que esa figura femenina descubra mi tristeza…Esa figura, camina sin rumbo, pero con dirección hacia mí, los nervios aumentan y solo me dejo llevar, que suceda lo que tenga que suceder, esa figura se detiene y enseguida me pregunta: ¿Eres Renato, el chico de la casa a la orilla del mar?...titubeo, no sé que responderle, inconscientemente le digo: “no”, ese “no”, es con la finalidad de que se aleje y yo pueda continuar entregado en mis pensamientos…Esa figura me replica: ¿Si no eres, Renato, podemos platicar?...Sin mirarla, le afirmo con un movimiento de cabeza y enseguida, comienza su plática, muchas preguntas a las que no les di sus muchas repuestas, esa figura y yo, nos sentamos en la arena, es ahí donde descubro sus hermosas piernas, bien formadas, al mirarla, sentí envidia del mar, porque ese mar, podía jugar entre sus piernas y yo solo me conformaba con mirar a ese mar, platico de muchas cosas, que no las recuerdo, de pronto se recostó sobre la arena y pude mirarle su ombligo, su vientre, y un poquito más arriba, era diminuto su bikini, y un escalofrió sentí recorrer mi cuerpo y fue cuando le pregunte: y tu quien eres?...sonriéndome me dijo: con que sabes hablar, pensé que nunca hablarías, eres tímido?, te caigo mal?, interrumpí su serie de cuestionamientos y le dije: no hagas preguntas que no responderé, así soy, algo callado, algo tímido, un poquito de todo y un poquito de nada…al mirarla a su rostro, sus grandes ojos negros se prendieron de mi ser y ella me decía: te vez un chico bien, que haces aquí solo?....Sabes le señale, deja de preguntar y disfruta la orilla del mar, disfruta este amanecer, mira como sale el sol, sin decirme nada, sus ojos expresivos se prendieron de ese amanecer…Pero mientras miraba aquel amanecer, continuaba con su plática y decidí prestarle atención y esto me decía: “el, me abandono, jugo conmigo y no sé qué hacer, lo amo y deseo ser suya nada más”…pensando en mi, con una canción le respondí: yo le diría a ese ingrato amor lo que estoy pensando en este amanecer: Y hoy regresas aquí…Con el síndrome de víctima con llantos ensayaste a perfección este teatro…Permíteme reírme, que gracioso te quedo el show…Pero mujer por Dios…No pretendas someterme a tu chantaje…Donde tu psicología me hace el culpable…Levante del suelo, que llorando te vez fatal…Y no, y no tolero una infidelidad absurda, sinónimo de traición...No…no…no…no ya mataste con tu dedo defectivo…Aquella historia que alguna vez aquí existió…Se infecto de traición, contagio la ilusión, no hay medicación que deshaga el tumor…Que nació en mi interior y por mi condición, le quedan meses de vida a mi corazón…Sube y baja el telón, repetitiva actuación, con tus lágrimas falsas, pidiendo perdón, pero ya término, tu jueguito acabo, dile adiós a mi amor…Y ahora aplausos por favor, denle un Oscar a la mejor actriz del año, por las escenas tan dramáticas y engaños, si no es una molestia un autógrafo en papel…Dile adiós a mi amor”…un rato después, me puse de pie, y me despedí, esa figura, no deseaba que me retirara, intento impedirlo, y me dijo: Renato quédate por favor…Pero le dije: recuerda, solo fue un amanecer…tu estas lastimada y yo...yo estoy herido...adiós!
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