4/2/11

Adicto...Renato.


Mire al cielo por la ventana, todo era oscuridad, llovía y la lluvia resbalaba por el cristal de la ventana, mas de pronto mis ojos descubrieron una estrella, enseguida comencé a cuestionar, como es posible que haya una estrella, si esta lloviendo, y lo raro era que solo era una estrella, miraba como resbalaba la lluvia por los cristales de la ventana, todo era silencio y oscuridad, de pronto esa estrella, me respondió a mi cuestionamiento: “tu miras que esta lloviendo, porque no puedes entender que no es lluvia, el agua que esta cayendo, sino son mis lagrimas que brotan de mis ojos, las dejo caer, porque un amor me abandono, porque su indiferencia mato al amor”; sorprendido le reclame: “Esa agua que resbala por el cristal de la ventana no puede ser tus lagrimas, y mucho menos que sean lagrimas de tristeza, porque hasta me confortas con el clima, además porque tu brillas tan precioso, y eres única, no hay otra estrella en el cielo, todo es oscuridad, que no puedes ni siquiera llorar, por ese resplandor tan hermoso”, esa estrella, me miro fijamente y me dijo: “Si piensas que porque todos me ven brillando, y mis lagrimas provocan un clima agradable, es que estoy contenta, estás equivocado, también tengo derecho a llorar, también tengo el derecho de sufrir en silencio, tú me miras brillando con una luz preciosa, pero no te has fijado que por dentro mis lagrimas en lluvia se han convertido, acaso tu no haces lo mismo, en el escenario todos te aplauden, todos se divierten, todos piensan que eres feliz y tu les sonríes, los complaces, nunca les transmites tristeza, pero por dentro tus lagrimas ruedan de tristeza, por la indiferencia de la mujer que amas, por el silencio de ese abandono, por la maldita soledad, que te emborracha y oculta fuerza de agua soterrada”, cuánta razón tenía aquella estrella, como se parecía esa estrella a mí, porque nos sorprendió el amor tan de repente, que al mirarnos a los ojos hondamente se desbordó el amor en la mirada, mis manos temblorosas, su piel acariciaban y sus labios juraron en los míos: vivir nuestro amor eternamente, y nuestro amor pasó como aquella lluvia que resbalaba por los cristales de la ventana, nadie sabe de lo nuestro, ese es el misterio, nadie debe saberlo, no lo sabe mi brazo, ni mi pierna, ni el hilo de mi voz, ni mi cintura, ni lo sabe la luna que está interna en mi jardín de amor y calentura, porque lo que es tuyo y mío, es de los dos nada mas, nadie tiene que saberlo, mucho menos intervenir en nuestras vidas, porque si lo revelas me roban el aliento y mi corazón, y esa estrella me hizo volver hablar de amor, me enamoro pero los obstáculos ganaron, sus lagrimas eran lluvia y la oscuridad la fue alejando, la razón le gano al corazón, espérate estrella no te vayas, me matas amor quédate, quiero más de tus besos y vuelve a quererme; porque desearte es mi vicio de cual nunca me curare, soy adicto a tu boca, a como me provocas, a tus ojos de cielo, y a tu pelo, a tu forma de ser, pero sobre todo soy adicto a esconderme entre tus senos y dejarme resbalar hacia el sur de tu ombligo, para poder dejar caer muchos besos entre tus piernas y así volverme adicto a tu forma de ser…Mas yo no entro en ti, para que tú te pierdas, entro en ti, para saber que es el amor, porque el amor solo lo eres tu…Porque soy adicto a ti, porque eres la mujer de mi vida, hoy, mañana y siempre.

No hay comentarios: