La señora de feroz, o sea caperucita roja, por aquello de que se la “comió” el lobo…Caperucita roja nunca imaginó que el Lobo la dejaría por otra…Nunca hizo caso de los consejos que en materia amorosa le daba la Abuelita…Por lo que una mañana el Lobo le dijo: “Caperucita, quiero terminar contigo…Ya no me excita perseguirte por el bosque; ya no me agrada disfrazarme de abuelita para que tú me digas tus tonterías de siempre, que si tengo las orejas grandes y esos colmillos tan filudos, y yo, como un estúpido, responda que son para oírte, olerte y verte mejor…No, Caperucita, lo nuestro ya no tiene remedio”…y díganme ustedes, con una mujer así, como caperucita roja, tan preguntona y tan metiche, cualquiera termina estresado…Entonces Caperucita, desconcertada por aquella confesión, se echó a correr tan lejos como pudo pensando en la clase de mujer que había conquistado el corazón de su amante…“Es ella, tiene que ser ella”, repetía la señora de feroz, mientras buscaba desesperadamente la casa de la anciana…“Abuelita”, gritó al fin, cuando hubo contemplado la figura que yacía en el lecho, “¿cómo pudiste hacerme esto?...tú, la amiga en quien yo más confiaba”…“Lo siento”, dijo la otra, “nunca pensé quedar embarazada a mi edad, y menos de alguien tan poco inteligente e imaginativo…No obstante, él es un lobo responsable, que no dudó por un minuto en ofrecerme matrimonio al conocer la noticia…Lo siento, Caperucita, tendrás que buscarte otro…Después de todo, no es éste el único lobo en el mundo, ¿o no?”…y fue así como aquel lobo feroz termino con toda una familia, se comió a caperucita roja y también se comió a la “Abuelita”…
No hay comentarios:
Publicar un comentario